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Consejos de lavado

  1. En primer lugar, lee atentamente las etiquetas con instrucciones de lavado de tu ropa. Esto te permitirá separar las prendas por temperatura y tipo de tejido.
  2. No coloques ropa poco sucia y muy sucia juntas en la lavadora. Las prendas muy sucias necesitan una dosis mayor de detergente y una temperatura más elevada, mientras que la ropa poco sucia se puede lavar con agua más fría.
    Las prendas muy sucias se deben lavar lo antes posible. Para quitar las manchas más fácilmente, no acumules ropa sucia por mucho tiempo.
  3. Lava las prendas claras por separado de las prendas oscuras y lava juntas las prendas del mismo color que tengan que ser lavadas a la misma temperatura.
  4. Durante el lavado, los tejidos nuevos pueden desteñirse y manchar otras prendas. Si no se conoce bien la solidez del color, se recomienda lavar las prendas por separado a una temperatura que no supere los 40 °C.
  5. Evita una carga insuficiente o excesiva de la lavadora. Carga la cantidad necesaria de ropa según el programa de lavado elegido (podrás obtener más información en el manual de la lavadora).
  6. Sigue siempre las instrucciones cuando la etiqueta indique que una prenda se debe lavar por separado.

Para realizar la carga correctamente, debes conocer el peso seco de algunos tipos de prendas. Esta información se encuentra en las especificaciones de la lavadora. La ropa debe sumergirse en una solución especialmente preparada. La temperatura de la solución no debe superar los 40 °C y la cantidad de detergente que contenga debe ser la mitad que en un lavado normal.

No se recomienda cargar la ropa dentro de la lavadora de manera desordenada, ya que las prendas pueden enredarse, formando una gran bola. Esto puede traer consecuencias desagradables, inclusive la potencial rotura de la máquina, ya que resultaría difícil para el tambor centrifugar una gran bola de ropa. Las prendas de gran tamaño y las pequeñas se deben cargar alternadamente. No se debe utilizar una cantidad excesiva de detergente para lavado, ya que esto solo empeorará la calidad del lavado y dañará la ropa y la lavadora. No utilizar blanqueadores que contengan cloro en la lavadora, ya que dañarán algunas partes del aparato. Para que no se salgan los botones de la ropa durante el lavado, las prendas deben abotonarse antes y luego darse vuelta.

Después de lavar la ropa, se debe enjuagar. Cuando las enjuagues a mano, no retuerzas las prendas de fibras sintéticas o de seda. Es suficiente con escurrir el agua suavemente. Las prendas de algodón y lino deben enjuagarse primero en agua caliente con suavizante, para disolver completamente los residuos de detergente, luego en agua tibia la segunda y la tercera vez, y finalmente en agua fría. Las prendas de lana deben enjuagarse solamente en agua tibia. Durante el enjuague de las prendas de lana, la temperatura del agua no debe superar los 40 °C. Para eliminar el agua, las prendas de lana no se deben retorcer, sino que se deben escurrir suavemente.


Si se utiliza una lavadora automática, recomendamos sacar la ropa del tambor inmediatamente después del lavado y secarla, para evitar que se arrugue y que tome el típico olor desagradable de la humedad. De este modo, también se facilitará el planchado.

A muy pocas personas les gusta planchar.

Aquí encontrarás algunos consejos que te ayudarán a que esta tarea te resulte más liviana.

  • Si utilizas suavizante en el lavado, el planchado será más fácil.
  • Algunas prendas se pueden doblar cuidadosamente o se pueden colgar en perchas sin necesidad de planchado.
  • Lee cuidadosamente y sigue las instrucciones en la etiqueta de las prendas. Nuestro Instructor de lavado te ayudará a descubrir qué significan los símbolos en las etiquetas.
  • Para no tener que cambiar tantas veces los ajustes de la plancha durante el planchado, separa la ropa en grupos de tejidos naturales y sintéticos.
  • Cuando cambies los ajustes de temperatura, espera hasta que la plancha se caliente o enfríe hasta dicha temperatura.
  • Si, durante el planchado, necesitas humedecer la ropa que se secó de más, utiliza un pulverizador.
  • No guardes inmediatamente en el armario las prendas recién planchadas, incluso las de lino, ya que se podrían arrugar enseguida y perder forma. Se debe dejar que las prendas se enfríen después del planchado.
  • Las prendas de seda natural o de acetato siempre se deben planchar del lado del revés y nunca con una plancha muy caliente. Para planchar los detalles de seda del lado exterior, se debe pasar la plancha a través de un papel fino, con un paño húmedo debajo de la prenda.
  • Es mejor no planchar los tejidos de punto de seda. Es suficiente pasarles por encima un paño semihúmedo en las direcciones adecuadas, para darle la forma correcta.
    Si aún resulta necesario planchar una prenda de punto de seda, se debe hacer del lado del revés o a través de un trozo de tela y con la plancha no muy caliente. No se recomienda planchar excesivamente la ropa: por ejemplo, no pases la plancha por el mismo lugar hasta que el tejido que estés planchando se seque completamente.
  • Se aconseja planchar solo prendas limpias, ya que la plancha caliente sacará a la luz las manchas, incluso las que eran casi imperceptibles antes.

La ropa puede ser sensible a los blanqueadores con oxígeno que se agregan a los detergentes de lavado para quitar las manchas de los tejidos blancos y de color. Para evitar que tus prendas pierdan color durante el lavado, lee atentamente la información de la etiqueta. Generalmente, “No lavar con cloro” aparece en las etiquetas de las prendas que son sensibles a los blanqueadores. Si todavía tienes dudas, realiza una simple prueba antes de comenzar a lavar:

  • Humedece una pequeña parte del dobladillo o de la costura interna de las prendas.
  • Plancha la prenda sobre una tela o una servilleta blanca.

Si aparecen manchas sobre la superficie blanca, quiere decir que esta prenda está realizada en un tejido que puede desteñir. Esta prenda debe lavarse por separado.

Para mantener los colores brillantes y vibrantes, usa el detergente en polvo o en gel Fab para prendas de color.

A menudo notamos que después del lavado, los tejidos se ponen rígidos. Esto puede ser ocasionado por varios factores: impactos mecánicos de la lavadora, aguas duras, detergentes de lavado modernos. Otro problema es la electricidad estática que se forma en los tejidos sintéticos: el tejido se pega al cuerpo y atrae las partículas de polvo.

Mira la diferencia entre los tejidos lavados con y sin suavizante. Cuando se lava con suavizante:

  • Las fibras se suavizan y las prendas quedan más dóciles;
  • El planchado de las prendas lavadas se vuelve más fácil;
  • Las prendas tienen menos estática y atraen menos polvo.

Durante el lavado sin suavizante, las fibras se enredan, y esto desencadena que se desgasten más rápido.

Henkel recomienda usar suavizantes de tejidos Vernel.

Las manchas de sangre pueden ser muy difíciles de quitar. Sin embargo, hay un truco que nos puede ayudar a quitar esas manchas.

  1. Humedece la mancha con agua fría. Las manchas más grandes deberán sumergirse en un recipiente o un fregadero.
  2. Trata de quitar la mancha lo antes posible utilizando agua fría y frotando la mancha con las puntas de los dedos. Esto eliminará la mayor parte de la mancha.
  3. No se debe utilizar agua caliente. El agua caliente hará que la mancha penetre más en el tejido, ya que las manchas de sangre contienen proteínas, y el calor hará que sea imposible quitarlas.
  4. Coloca polvo para hornear sobre el área afectada húmeda y deja actuar por 30 minutos.
  5. Una vez que las manchas comiencen a desaparecer, las prendas pueden lavarse normalmente. Si piensas que no has quitado la mancha totalmente, puedes repetir el proceso con el polvo para hornear o añadir un producto quitamanchas antes del lavado.